
Emilio Campo es un karateka ejemplar dentro de la Federación Vasca. Recientemente, hace un mes, se ha examinado de 7º DAN y sigue practicando y compitiendo en esta especialidad a sus 82 años. Es un ejemplo de valores y de dedicación al karate.
¿Cómo empezó en esta modalidad?
Por casualidad. En el año 69, desde que estoy federado. Necesitaba hacer ejercicio y tenía un gimnasio de karate encima de mi oficina. Me lancé sin saber bien dónde entraba. Estaba la calle de Gordoniz de Bilbao. Era un gimnasio que lo abrió el maestro Jesús García, un montañés como yo (Emilio es de Cabo de Ajo).
Le encantó este deporte.
Empecé a asimilar el karate y vislumbrar qué era aquello. Es un arte marcial que engloba ejercicio físico, dedicación corporal y esos valores tan necesarios que te valen para la vida diaria: respeto a los demás, sinceridad, ser responsable del trabajo que se hace, reprimir la violencia…. Te enseña factores aplicables a la vida diaria.
Y ya hasta compite.
Empecé hace cuatro o cinco años a participar en técnicas y katas. Hasta entonces no había competido. Veo que la gente reconoce el esfuerzo.
¿Qué le aporta todo esto?
Lo que me aporta es movilidad, sensibilidad corporal, mejora la respiración y, sobre todo, tener una actividad programada en un entorno muy saludable. Hay un entorno bonito de maestros, compañeros…. Merece mucho la pena y estoy muy contento.
Seguirá siempre que pueda.
Mientras que pueda venir al gimnasio aquí estaré, a pesar de las dolencias musculares, rodillas… Si no me lo impide dignamente… Vengo al gimnasio Indarbide en Sopelana. Estoy con Iñigo Arqueta. Llevo más de 16 años. Antes había estado en Algorta. No voy con afán de protagonismo ni de figurar. Simplemente a hacer mi trabajo y compartir deporte y vida con mis compañeros.
¿Qué es para usted el karate?
Para mí el karate es un complemento a mi vida diaria como lo fue a mi vida profesional. Lo recomiendo a cualquiera, desde la edad temprana… No hay límite de edad para practicar el karate. Lo vas adaptando a tus posibilidades. Nunca llegas a la cima y siempre estás en busca a un objetivo.